Con profundo dolor, la familia del menor que perdió la vida tras ahogarse en una zona inundada de Punchana despidió sus restos en el campo santo de Santo Tomás. El pequeño Leandro, de 12 años, fue velado durante dos días para esperar a sus familiares que llegaron desde Lima.

“Estoy muy triste, es un gran dolor por el que estamos pasando”, expresó su padre, Fidel, entre lágrimas. El niño deja un vacío irreparable en su hogar y comunidad.