
Tras el siniestro de una avioneta con clorhidrato de cocaína, agentes antinarcóticos ubicaron dos fuselajes que habrían sido quemados para borrar evidencias. La aeronave habría operado entre Perú y Bolivia usando pistas clandestinas.
Los pilotos habrían intentado fondear el aparato en el río, pero fueron frustrados por la corriente y el despliegue policial. Las autoridades continúan las pesquisas para identificar a la red detrás del envío.