
El escenario político que enfrenta la presidenta Dina Boluarte es uno de los más críticos desde que asumió el cargo: en cuestión de horas, se han presentado cuatro mociones de vacancia presidencial por “incapacidad moral permanente”. La ofensiva parlamentaria ya ha tomado cuerpo, y el desenlace podría darse en las próximas horas.
LAS CLAVES DE LA CRISIS
Las mociones provienen de diversas bancadas, con argumentos centrados en la falta de liderazgo frente a la inseguridad, los cuestionamientos por presuntos casos de corrupción y el desgaste político que arrastra su gobierno.
Hasta ahora, el Ejecutivo ha negado que Boluarte vaya a renunciar, pero dentro del Congreso se habla de más de 100 votos comprometidos para respaldar al menos una de las mociones.
El procedimiento está claro: se necesitan 52 votos para admitir la vacancia y 87 para aprobarla. La posibilidad es real, y el ambiente político está al borde del colapso.
RENUNCIAR PARA EVITAR LA VACANCIA
Una de las salidas que podría tomar la mandataria es renunciar antes de ser vacada, como ocurrió con Pedro Pablo Kuczynski (PPK) en 2018.
Si Boluarte dimite hoy o mañana, el Congreso deberá reaccionar con rapidez. Las bancadas, que hasta hace poco no contemplaban este escenario, tendrían que decidir quién asume la presidencia interina y cómo se reorganiza la Mesa Directiva.
Se baraja la posibilidad de que José Jerí asuma el Ejecutivo de manera provisional y que Rospigliosi presida el Congreso. Pero también podrían surgir acuerdos de última hora para renovar toda la directiva.
Nada está cerrado. Lo que decidan será clave para definir si el país logra calmarse o si las calles vuelven a arder.
EL FANTASMA DE MANUEL MERINO
El precedente de noviembre de 2020 sigue vivo. Si la sucesión genera rechazo o se percibe como ilegítima, el caso Merino podría repetirse, esta vez con un nivel de violencia aún mayor.
Perú vive una crisis de representación sin liderazgos sólidos ni consensos mínimos. Cualquier error en el manejo del poder podría detonar una nueva ola de protestas, especialmente en regiones del sur y oriente.
RIESGOS Y DUDAS ABIERTAS
* El Congreso no tiene consenso sobre quién debe asumir el mando.
* Las calles están inquietas, y un cambio abrupto podría desatar manifestaciones.
* Boluarte aún enfrenta investigaciones, como el caso “Rolexgate”.
* El calendario electoral 2026 podría tambalear si se prolonga la crisis.
Cada movimiento cuenta. Cada día sin decisión aumenta la incertidumbre.
UN MOMENTO DECISIVO PARA EL PAÍS
Dina Boluarte tiene ante sí dos caminos: resistir hasta el final del proceso o dar un paso al costado para evitar una vacancia humillante.
Sea cual sea su decisión, el país enfrenta una nueva fractura política que pone a prueba su institucionalidad.
Perú vuelve a caminar sobre el filo de la navaja.