✍️ Enrique Rodríguez Morales
rtículo del Periódico Digital LA SELVA
“AMAZONIA ENCENDIDA”.
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Iquitos, la vieja capital del caucho, la ciudad europea en el Amazonas, se construyó con el glamour de la «Bella Époque».
Eso la hace única y le ha dado todas las condiciones históricas y culturales excepcionales para ser declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Diseñada por un arquitecto francés, el casco antiguo tiene un trazo futurista para la época.
Con más de 100 monumentos históricos y espacios artísticos y culturales, influidos por la corriente modernista del arquitecto catalán Antoni Gaudí y otras tendencias de 1900.
Entre ellas destaca, como ícono de sus años de esplendor, el Hotel Malecón Palace, que es el primer hotel de lujo que tuvo el Perú.
Iquitos es como hija de la segunda revolución industrial; expone un conjunto de casas y palacetes de fierro y materiales constructivos llegados en barco del viejo continente.
Otro ícono de la ciudad es la Casa de Eiffel en la Plaza de Armas, la Casa Pinasco, varias Casas Morey y un conjunto de edificaciones que se extienden a lo largo de su amplio Malecón, hasta la plaza Ramón Castilla —en la zona del antiguo puerto inglés y la aduana— que fue el centro de gravedad del comercio cauchero, recorrida por los trenes que circulaban.
La designación de Iquitos como ciudad amazónica Patrimonio Cultural de la Humanidad va a poner en valor nuestra maltratada urbe y, al mismo tiempo, nos abre la posibilidad de crear el concepto Iquitos-Destino: destino turístico y destino de inversiones y negocios.
Con la declaratoria de la UNESCO, nos ponemos en la vitrina mundial como ciudad pionera de la conquista del Amazonas, capital del ecoturismo mundial y la conservación del ecosistema amazónico.
Para lograr esto, debemos elaborar un expediente que cumpla con los criterios estrictos del organismo de la ONU.
Debemos demostrar que, desde el punto de vista arquitectónico, cultural y paisajístico, Iquitos es una ciudad excepcional.
Que representa un testimonio único y representativo de una época y una civilización viva, resultado de una relación única entre su entorno natural y sus pobladores.
La ciudad también debe demostrar su compromiso con la protección y gestión del patrimonio cultural, incluyendo la conservación y el mantenimiento de sus sitios históricos y culturales.
El camino es largo, pero posible, como lo demuestra haber logrado que el Carnaval de Iquitos fuera declarado Patrimonio Cultural de la Nación. ¡Sí se puede!
