
Hoy mi familia recibió un mensaje con una cita médica para el 29 de diciembre en el Hospital Almanzor Aguinaga – Chiclayo.
El paciente: Rivera Rodríguez Abner, mi papá… fallecido hace casi cuatro meses.
Lo más doloroso es que mi padre murió en la misma área de emergencia de ese hospital, atendido por última vez por el servicio de Neumología, el mismo que hoy le envía una cita como si aún esperara ser atendido.
Mi papá vivió con fibrosis pulmonar, una enfermedad que requería atención constante. Esperó durante meses una cita que nunca llegó a tiempo. Fue un jubilado que aportó toda su vida a EsSalud, confiando en que ese esfuerzo le garantizaría una atención digna.
Hoy sentimos rabia e impotencia, porque mientras el sistema le asigna una cita a alguien que ya no está, hay otra persona viva esperando la oportunidad que él necesitó en vida.
Todo por la mala gestión y descoordinación del hospital, que ni siquiera mantiene un registro actualizado de sus pacientes.
Esta no es solo una falta de respeto, sino una muestra del abandono y la deshumanización del sistema de salud pública peruano.
Ojalá que la historia de mi papá no se repita.
Que este mensaje sirva para recordar que cada cita médica tardía puede significar una vida menos.
Porque la salud no debe ser un privilegio, sino un derecho que se respete y se cuide con humanidad.
🕊️ Por todos los que siguen esperando una cita que quizás nunca llegue.
Por todos los que ya no están.